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Conventiyeros

Los libros en los altares de los conventos llamados librerías, bibliotecas piden a gritos que les falten el respeto, que los usen, que los rayen, los reúsen, los tiren, y los vuelvan a levantar. Que se enojen con ellos, que les griten, que les discutan. Nos disponemos a salvar los nuestros, (¿para salvarnos nosotros?, quizás) los que tienen un bandoneón en el alma, los que nos abrazan y acarician, aunque nos duela, los que están dispuestos a vivir y compartir con nosotros el día y la noche, en una mezcla de licenciados y poetas, entre milongas y cafés, plazas y shoppings. Los que están dispuestos a mezclarse y convivir, a veces no de manera armoniosa, en este conventiyo. Comme il faut.